Estar en el Valle del Cauca, es ver como se mezclan todas las razas con un toque de pujanza, sabor y alegría. Es sentir que los colores te invaden y te invitan a bailar una salsa vibrante que tiene olor a pan de bono y a manjar de dulce. Aquí te paseás con la brisa del pacífico y el abrazo cálido de su gente, te enamorás de un acento particular que te acoge como familia, porque en el Valle te sientes propio aunque seas extraño, aquí terminás moviéndote a un ritmo que te invita a brindar por esta tierra única del chontaduro y melao.
Si sabés del Valle, sabés que te querés quedar.